martes, 27 de enero de 2015

"NO TE ENAMORES DE UN TEATRERO" de Ariadni Sibaja


Muy buenas tardes, aprovecho este medio para compartirles un excelente mensaje y reflexión que escribe una teatrera llamada Ariadni Sibaja, titulado "NO TE ENAMORES DE UN TEATRERO"


(Dejo el link de su pagina por si gustan seguirla https://ariadnisibaja.wordpress.com/)


Lo comparto porque me identifico mucho con lo que dice, por todo eso pasamos la gente que hacemos teatro, Te invito a que leas este mensaje y a que no te de pena decir lo que piensas, sientes y experimentas.
¡Excelente tarde!


Enamorarse de un teatrero puede ser peligroso. Si no quieres una vida llena de energía, aventura, retos y ensayos, será mejor que no lo hagas.
No te enamores de un teatrero si no quieres a una persona decidida, constante, perseverante y dedicada a tu lado. Si además de todo; existen actitudes o situaciones que si ocurriesen en público, te darían pena, entonces quizá un teatrero no es para ti. Ellos ya perdieron el miedo al ridículo, y están tan seguros de lo que están haciendo, que poco les importa lo que los demás vayan a decir. Esto incluye tomarse fotos con poses extrañas que parecerían intentar simular el final de un número musical, de pronto hablar cantando, poner su iPod en shuffle en una fiesta y que de repente suene una canción como “Nicest kids in town”, que los cánticos de regadera se asemejen mucho a un concierto,  o lo más peligroso: tomarse MUY a pecho las fiestas tema o de disfraces y asistir a ellas sumamente producidos.
No te enamores de un teatrero si no existe nada que te apasione. Si eres de esos que no hace un esfuerzo mayúsculo por nada, o de los que prefiere un fin de semana de descansos o fiestas, entonces quizá no entenderás a alguien cuya pasión es tan grande, que es capaz de usar sus fines de semana ensayando, o de pasar días sin dormir o comer, sin energía para nada, pero listo para subirse a un escenario a llenarlo de arte. No comprenderías que a un ensayo no se falta ni se llega tarde salvo que sea extremadamente necesario. No entenderías la pasión que genera un ensayo, y toda la adrenalina que queda en el cuerpo después de una función.
Quizá no debas enamorarte de un teatrero si no te gusta mucho la luz. Los teatreros emanan luz y brillan a donde vayan. Si no eres seguro de ti mismo, no te va a gustar, porque son los típicos que en las reuniones tienen las mismas anécdotas que todos, pero de alguna manera se las arreglan para contarlas de una forma excepcional que entretiene y divierte a todos.
No te enamores de un teatrero si no sabes disfrutar de una forma de arte profunda que no sea el cine. En donde no hay “Toma 2”, o un close-up para captar una emoción, en donde aún siendo extremadamente accidental, todos los errores deben solucionarse inmediatamente. Si no puedes disfrutar de la energía y entrega desmedida que un artista está dispuesto a dar, si no percibes el fuerte trabajo que él y toda la producción emplearon para darte dos horas de entretenimiento, y si no te gusta que haya una canción después de cada cinco palabras, me temo que un teatrero no es para ti.
Con un teatrero corres el riesgo de tomar muchos riesgos. Puedes sentir que estás sintiendo demasiado, además de encontrar muchos significados distintos a cosas a las que antes no les dabas importancia. Además cabe la posibilidad de que generes una adicción a ambas cosas; al teatrero y al teatro.
No te enamores de un teatrero si no crees poder estar dispuesto a ser el “juez” y escuchar una canción de audición una y otra vez. Si no te gustan las emociones fuertes, abandona YA a tu teatrero.  Y no me refiero al drama. Me refiero a esa capacidad de reír demasiado, preocuparse, entristecerse, o enojarse todavía más que una persona normal. Si no toleras a una persona que establece una conversación sin importancia, pero se mete en ella como si fuera el debate de su vida, entonces debes de buscar a alguien más.
Si te parece ridículo lagrimear cuando escuchas música en vivo, o cuando algo que emana de un escenario es tan conmovedor que te cambia la perspectiva de algo, o si sientes que nunca nada es lo suficientemente bueno como para soportarlo más de una vez, escucha mi consejo. Un teatrero no te conviene.
Los teatreros se entregan en su vida personal, de la misma forma como se entregan en el escenario. Y si no lo van a hacer bien, prefieren no hacerlo; por lo tanto si tu entrega a un teatrero, no va a ser desmedida… Entonces definitivamente no es para ti. Puedes estar en una fiesta con teatreros y de pronto ellos se ponen a cantar o bailar algún número de una obra que -independientemente de que la hayan hecho o no- todos parecen saberse de memoria. Una vez en una fiesta, nos pusimos a jugar a “La Voz”. SI. ¡A “LA VOZ”! Alguien cantaba, los demás se ponían de espaldas, y si gustaba… se volteaban. Es muy real, y todos y cada uno de los ahí presentes, rebasábamos los veinte. Si no crees poder aguantarlo, será mejor que no lo intentes desde un inicio.
Ya de New York ni hablamos. Si te encanta la fiesta y los destinos de “ambiente”… quizá detestes el hecho de estar con una persona que prefiere viajar a New York antes que a Las Vegas. Y ya si logras disuadirlo, quizá te lo intercambie por ir a Disney. Si haces un excelente trabajo convenciéndolo, tal vez vaya a Las Vegas pero, ¿qué crees? Va a querer ir a todas las obras que estén presentándose ahí antes que a cualquier show del Cirque du Solei. Y ¡aguas! Porque si te toca ir a NY, gastarás. Y mucho. Porque hay que ver muchas obras, MUCHÍSIMAS. ¡Nunca basta  de verlas! Y no creas que es baratísimo, eh. Además vale más la pena ver una obra más y comer horrible, que un alimento decente que sacrifique una función más.
El teatro es peligroso, el aplauso es adictivo. Genera sensaciones que no sabemos definir, pero que podemos sentir. Genera necesidad por hacerlo una y otra vez aún cuando cada vez que termina una temporada, terminamos tan cansados que estamos seguros de que “tomaremos un descanso del teatro”. Cosa que recomiendo que –en caso de que pienses tomar el riesgo y enamorarte de un teatrero- no deberás creer. No lo podemos dejar, a veces genuinamente lo intentamos o deseamos, pero es superior a nuestra fuerza, porque es energía que necesitamos y que nos mueve día a día, nos hace ser quienes somos.
Con conocimiento de causa te digo que si no quieres todo eso, y no quieres ser inmensamente feliz, no es la mejor idea enamorarse de un teatrero. ¡Sal corriendo! ¡Huye del teatrero! O de lo contrario, te puedes contagiar, y… agárrate. El peligro que se avecina: teatrarás (aunque lo intentes evitar, de alguna forma ocurrirá), sonreirás, llorarás, te apasionarás y todo te parecerá más intenso.
Escucha lo que te digo, no te enamores de un teatrero.

miércoles, 21 de enero de 2015

Bienvenida :D

Hola a todos, soy nuevo en esto del Blog así que aun ando navegando todas las funciones de esta aplicación.

Para empezar mi nombre es Irvin Mena y tengo 21 años, soy poblano y gracias a una excelente oportunidad estoy estudiando dos carreras: Ciencias de la Comunicación y Teatro. Ambas carreras me gustan mucho y aunque es pesado y algunas veces cansado hacerlas al mismo tiempo, las dos se complementan muy bien.

Me considero una persona agradable, sencilla y luchadora, me gusta, mejor dicho amo el teatro y el estar en un escenario, sentir esos nervios, esa adrenalina y el poder transmitir emociones y mensajes a las personas son cosas que no cambiaría.

Me gusta mucho la comida italiana, andar en bici, viajar, ir al cine, estar con mis amigos, bailar, las fiestas y nadar pero también disfruto los tiempos de descanso, no me desagrada el estar en mi casa, acostado y viendo películas junto con unas palomitas y una buena compañía.

Sinceramente no soy muy bueno para esto de la tecnología pero estoy dispuesto a aprender, pienso que de eso se trata la vida de aprender de todo y de todos, dar siempre lo mejor de uno mismo y entregar el corazón en todo lo que hagamos.

Pues eso es un poco de mi, espero poder aprender, informarme y transmitir mensajes a todos ustedes.
¡¡Gracias!! Excelente noche

Adjunto una imagen que es mi MAPA DE VIDA para que se den una mejor idea sobre mi.